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Por fin has heredado el modesto castillo que una vez perteneció a tu padre. Algunos se conformarían con eso, pero tú tienes una visión: fundar el mayor reino que jamás se haya conocido. Sin embargo, cuando te dispones a reclamar nuevas tierras para tu floreciente imperio descubres con asombro que otros nobles han tenido la misma idea que tú. ¡Menudo contratiempo! Corre a por ese lago, que te lo quita el vecino.
Ten cuidado al escoger tus tierras, pues una adquisición muy suculenta puede colocarte el último en elegir en el siguiente turno. Y planifica tu reino con cuidado, no querrás desaprovechar tu limitado espacio.
De 2 a 4 jugadores.